<<…Hablaré en la angustia de mi espíritu, me quejaré en la amargura de mi alma.>>
Job 7:11 NBLA
Lectura: Job 7-8
Job no escondió el hecho de que luchaba con lo que le estaba pasando. Orando a Dios, contó sus sentimientos de manera cruda y sin reserva.
Puedes tener angustia en tu espíritu y amargura en el alma y contarlo a Dios sin que sea pecado. Dios no se ofende al escuchar lo que está en nuestro corazón, ya lo conoce mejor que nosotros.
Dios quiere que me acerque con mis dolores y angustias. Solo Él puede sanarme, consolarme y guiarme hacia sus propósitos.
Señor, solo Tú haces la verdadera transformación del dolor en alegría. Me recibes a pesar de lo que cargo en lo más profundo de mi ser. A cada vez sin falla encuentro esperanza cuando me presento ante Ti. Gracias por tener cuidado de mi aun cuando no lo veo.